Es siempre la verdad no más que una aproximación a lo real. De acuerdo a eso, ni aún la verdad puedo sostener como un dios. De ser así, ¿qué consuelo queda para buscarla? Recojo mis finitos para armar siempre otro finito. Y el infinito, del que también soy parte, se me extiende para nunca alcanzarlo. ¿Deberé esperar apagarme para comprenderlo? ¿O quizá desde ya podría saberme parte del todo, como parte de Dios, como Dios en mi y Él conmigo, sin poder Ser -incluso Él- sin mi?
Un grato consuelo.
...un grato consuelo creado desde lo iluso. Siempre un constructo desde la desesperación. Nunca más que eso.
0 comentarios:
Publicar un comentario